Todo lo que muere
¿Cómo puede seguir viviendo un hombre que ha perdido a su mujer y a su hija de tres años en un macabro asesinato? ¿Cómo es capaz de seguir en pie mientras se autoinculpa de un crimen que no cometió pero que tal vez podría haber evitado? Charlie Bird Parker sólo conoce un camino para salir del infierno. Este camino se llama venganza, y está sembrado de cadáveres.

Autor: John Connolly
En una sola noche, al inspector de policía Charlie Parker le arrebataron lo que más quería. Después de una disputa conyugal y mientras ahogaba sus penas en un miserable antro de los suburbios de Nueva York, su esposa y su hija de sólo tres años eran torturadas, vejadas, y asesinadas en su hogar, en una suerte de ritual sangriento cuyo recuerdo jamás lo abandonaría.
Las continuas discusiones con su mujer y su extraña ausencia cuando se cometía el doble crimen lo señalaron durante un tiempo como el principal sospechoso, pero su coartada era lo bastante plausible como para exculparlo por un crimen que permanece aún sin resolver.
Incapaz de superar el sentimiento de culpa por haber estado ausente aquella noche y atormentado por la dantesca imagen de los dos cadáveres mutilados en su propia cocina, Parker se convierte en un ser cruel, insensible y sediento de venganza, cuyo comportamiento le acarreará la expulsión definitiva del cuerpo de policía.
Mientras trata de recomponer su vida investigando sin licencia casos de poca monta, recibe una misteriosa llamada telefónica de un hombre que se llama a sí mismo el viajero y que afirma ser el autor material de los crímenes. Desde aquel instante, Parker emprenderá una cacería sin sentido en la que dejará tras de sí un reguero de muertes cada vez más profundo, cada vez más terrorífico, cada vez más demencial.
Comentarios
John Connolly, uno de los grandes, quizás el mejor.
A ver si leyéndolo se me "pega" algo para mi libro.
Un Saludo
Lo cierto es que esperaba algo más simple, un detective más a la "antigua usanza". El personaje es bastante complejo e interesante aunque el argumento en sí de la novela es a veces previsible y, a veces, sorprendente.
Después de leer a Camilla Lackberg, encuentro que Connolly es mucho más macabro (sus asesinos, se entiende). No sé si podría hacerme seguidora de un detective así.