EL CIELO ES AZUL, LA TIERRA BLANCA. Una historia de amor
Tsukiko tiene 38 años y lleva una vida solitaria. Considera que no está dotada para el amor. Hasta que un día encuentra en una taberna a su viejo maestro de japonés. Entre ambos se establece un pacto tácito para compartir la soledad. Escogen la misma comida, buscan la compañía del otro y les cuesta separarse, aunque a veces intenten escapar el uno del otro: el maestro, en el recuerdo de la mujer que un día lo abandonó; Tsukiko, en un antiguo compañero de clase. Con una prosa sensual y despojada, Kawakami nos cuenta una historia de amor muy especial: el acercamiento sutil de dos amantes, con toda su íntima belleza, ternura y profundidad. Todo un descubrimiento literario
OPINIÓN de Carolina Márquez Rojas
Llevo mucho tiempo apoyando y recomendando la nueva literatura japonesa. No solo la nueva, los clásicos son también altamente recomendables e imprescindibles si se desea conocer la idiosincrasia de los pueblos asiáticos, tan diferentes a nosotros, los occidentales, en su forma de vida y su cultura. La sabiduría y sensibilidad que desprenden sus autores merecen que les reservemos un sitio de honor en nuestras estanterías y que sigamos fielmente su trayectoria literaria. Es lo que yo intento hacer y jamás he encontrado un título que no merezca ese honor.
Hiromi Kawakami es una escritora que posee esa delicadeza oriental que provoca no poder dejar de leer ni un instante la historia que nos cuenta. Armada con una sencillez en el lenguaje que impacta por su estilo directo a las emociones, al mismo corazón, la poesía está presente en cada una de sus frases. La nueva generación de escritores japoneses se mueven en en ese estilo, aportando cada uno de ellos su propia forma de ver las cosas y la vida de una nación, pero todos dentro de esa sencillez que los caracteriza.
Estamos ante una pequeña gran novela. El amor es el eje fundamental en esta historia de encuentros y desencuentros. Una historia de amor entre personas pertenecientes a distintas generaciones pero que son capaces de hallar ese nexo de unión que poseen las almas gemelas y que puede convertirse en el motor de nuestras vidas. La magia de ese amor y un pequeño toque de fantasía impregnan toda la novela. Es un ejercicio de sabiduría sobre el amor, los sentimientos y la verdad que se esconde tras nuestras relaciones.
Leyendo, percibes lo mucho que te gustaría encontrar un amor así, sin fronteras de ninguna clase, un Amor con mayúsculas pese a todas las diferencias que nos separan los unos de los otros. El entendimiento puede darse entre maestro y discípulo hasta convertirse en un gran amor que nos acompañará siempre, por toda la eternidad.
Una pequeña-gran historia, sencilla, como cualquier historia corriente de cualquier persona, pero con una carga emocional, positiva y conmovedora.
El cielo es azul y la nube es blanca, no me cabe la menor duda.
CAROLINA MÁRQUEZ ROJAS
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