EL IMPUDOR DE LA MIRADA de Octávio Lothar

En un recóndito comercio del bazar de la medina de Alepo, hallamos un enigmático fajo de cartas redactadas en francés y dirigidas a Europa desde algún lugar de oriente. De escritura elegante, delatan una delicada correspondencia amorosa firmada con el nombre de Denise, que se revela gobernanta de un serrallo musulmán, encargada de la tutela de la libido de sus concubinas. Con el propósito de insuflar un afán erótico en su amado, Denise relata los pormenores de la impúdica vida del harén, los deleites que lo aderezan, las propensiones de sus moradoras, las intrigas que perturban su sosiego, la violencia encubierta de su rutina. Una horda de celosos eunucos custodia el íntimo bullicio de este enjambre y previene placeres vedados. En todo este edén de dicha reservada dispone a su antojo el sultán, que goza cada noche de sus privilegios escogiendo prolijamente de entre su abalorio de huríes, y la elegida entonces puede mitigar la sed que la consume y henchirse del arrobo que le había sido ...