El 4º observador

Autor: Timothy Hallinan

El escritor Poke Rafferty no vio venir el huracán de complicaciones que pondrán su vida del revés cuando decidió contratar a nueve delincuentes para que cada uno le adiestrara en su especialidad. Espías, narcotraficantes y proxenetas le introducirán en los círculos más peligrosos de la exótica y corrupta Tailandia.

No tardará en descubrir que no le hacía falta pagar por ello. Su novia se ha metido hasta el cuello en el tráfico de dinero falso. Su padre le ha involucrado en el robo de unos rubíes a la mafia china. Ahora tiene a los peores criminales de Tailandia, China y Corea del Norte tras él.

Rafferty se verá inmerso en una desenfrenada carrera contrarreloj que le llevará por las calles y agujeros más execrables de Bangkok, a una velocidad de vértigo, para salvar su vida y la de su familia.

¿Y quién es ese hombre misterioso que siempre acecha oculto entre las sombras y observa todo a través de la niebla de su eterno cigarrillo?


No he entendido nada.

El libro, en sí mismo, me ha parecido un verdadero tostón. Creo que nunca me ha costado tanto terminar un libro. Cuando comienzo una historia, me gusta acabarla y pocos son los libros que, en algún momento, he dejado a medias, más exactamente —y si mal no recuerdo— dos. Éste hubiera sido el número tres si no me hubiera comprometido a realizar su reseña. Pero empecemos por el principio.

Poke Rafferty no lleva ni cinco minutos en la acerca cuando descubre a los que le siguen. ¿Qué coño es una acerca? Busquémosla en el diccionario. ¡Anda! ¡María Moliner no lo sabe! ¿O es que el escritor se refería a una acera? La primera en la frente. Sigamos… Mira un trío de manos típicas que se reparten cuando se baraja la genética tailandesa de talla corta y delgada, con el vello y la piel oscura como la de los del noroeste… uff! Hay que ser muy listo para captar las rocambolescas descripciones del autor…

La novela continúa en ese estilo peculiar que el autor crea, un estilo que cree hacerle original pero que a mí consigue sacarme de mis casillas al tenerlo que leer una y otra vez para comprenderlo… ¿o es cosa del traductor? La verdad, no lo sé. Lo que sí que sé —o al menos hasta el día de hoy creía saberlo— es que las obras pasan por un departamento de corrección antes de ser publicadas. Pues bien, ésta, se la han saltado. Cosas como:

… y estaba perdida. Más pérdida de lo que jamás pensó.
Cuando terminar de echar el doble…
…se encoge de hombres…
De ninguna lamanera…
Está a punto volver a hacer.

No deberían permitirse. Luego también encontramos cosas que no tienen mucho sentido como:

El director adjunto se masajea la punta de la barbilla con una uña pintada con esmalte claro. Tanto la uña como la barbilla le dan ganas a Rafferty de darle un puñetazo, o a lo mejor es porque está cansado.
Del cabello mojado de Ming Li gotea agua en la tapicería, sonando como si hubiera una gotera en el techo.

Y así podríamos poner muchos ejemplos. Errores que no dejan entender un argumento que es más enrevesado en su modo de estar escrito que no en su desarrollo. Una historia floja que tanto podía haber transcurrido en Bangkok como en un barrio cualquiera de Nueva York, pobre en descripciones que nos hace perder el sentido de la orientación; personajes fríos, nada interesantes y poco atractivos. Un libro completamente prescindible.

Por cierto… ¿os habéis fijado en la portada de mi reseña anterior? ¡¡Son clavaditas!!



Comentarios

Carolina ha dicho que…
Yo sí me había fijado en las portadas, ¡qué casualidad!.
Lástima, porque la sinopsis (una vez más), engaña sobre la historia: alguna vez tenemos que ponernos y analizar este fenómeno.
El problema bien puede estar en la traducción -aunque un argumento flojo no lo salva ni el esperanto-, o bien en la corrección, que se la saltan por el forro.
No sé, me gustaría que la editorial (tú y yo sabemos quiénes son y no es el primer bodrio que encontramos), nos explicaran el por qué publican tantos fiascos y no novelas de 1ª línea.
Esto lo hablamos en el próximo café, ok?, aunque ya lo hemos comentado antes, y me parece muy interesnte hacer una entrada sobre el tema.
Belén ha dicho que…
Hoy precisamente daban un reportaje por la tele sobre los lectores editoriales profesionales. Ellos cobran por leer, hacen su reseña y la envían a la editorial. Se supone que se guian por sus opiniones para la valoración de un manuscrito. Pero eso no quita que pase por el departamento de corrección. De todos modos, ese estilo tan rebuscado y "chulesco" del escritor, a mi no me va y no me ha gustado nada el desarrollo de la historia.

En cuanto a ese café, si madrugas, estaremos en el Maes antes de las 9 de la mañana para coger fuerzas antes de montar la paradeta.
sonia ha dicho que…
Me ha encantado la entrada que has hecho, me reído un montón! siento que no te haya gustado pero por lo poquito que he leído te admiro, no sé ni como conseguiste acabarlo....menudo horror!! supongo que algo tendrá que ver la traducción y desde luego la editorial no tiene perdón....madre mía!

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